Imagen de la galería de sol.maldonado en Flickr |
Por algún motivo que se me escapa, cada vez que hacemos la lista de la compra, los niños salen corriendo a ver si hay huevos. No se, les parece importantísimo. No es que los huevos fritos sean su comida favorita, ni que yo les deje "ayudar" en la cocina en nada ni lejanamente relacionado con cascar huevos. No, creo que es más bien una fascinación espontánea por esa maravilla de la naturaleza, y por la fragilidad del envase.
Al menos he conseguido que no los saquen de la nevera para enseñarme exactamente cuántos quedan: "Solo quedan dos, Mamá, mira..... uy". Es todo un avance.
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