Dentro de nuestra campaña para promover una dieta variada y equilibrada entre nuestros pequeños aunque testarudos vástagos, hemos pensado hacerles partícipes del proceso de cultivo, introducirles en el contacto con el armónico ciclo de la naturaleza, a ver si así se les despiertan los instintos y amplían un poco sus horizontes dietéticos.
Y para empezar, algo sencillo que se pueda recolectar en pocos días: un semillero de brotes tiernos.
La idea es simple, se llena una bandeja de agua, se coloca una rejilla diseñada a tal efecto (el semillero se puede conseguir en tiendas de jardinería o bien apañarlo de forma casera) y se distribuye una capa de semillas por encima. En nuestro caso hemos probado con soja.
Hemos explicado a los niños el proceso y ahora repiten la lección con entusiasmo: Laz degamoz todoz todoz loz diaz, van zalid laz plantitaz, van a clezed y..... NOZ LAZ VAMOZ A COMEDDDDD
Veremos si es verdad, porque conociéndoles, son capaces de conservarlas con todo mimo perfectamente catalogadas en un album y pedirme macarrones
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