Por eso este año compramos unas mochilas básicas bajo la firme promesa de decorarlas con sus personajes favoritos: dinosaurios y las princesas de Frozen respectivamente.
Y aún así hubo que hacer algunos retoques para hacerlas más cómodas:
- Reforzar los bolsillos interiores
- Añadir un bolsillo alargado para la flauta, que iba rebotando entre los libros
- Forrar los tirantes con una tela suave para que no se claven con el peso
- En la mochila de la Peka, separar y volver a coser los tirantes a la anchura de los hombros (¿sería una mochila para niños sin cuello?)
- Añadir unas correillas laterales que reduzcan el volumen de la bolsa para que ésta no haga palanca hacia atrás
- Añadir un cinturón como el de las mochilas de excursionismo para que el peso se reparta entre los hombros y las caderas
A ver si así consigo que lleguen a la edad adulta sin lesionarse la espalda.
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